BALLINGER


(JAPON)
“.... El dueño de la tienda escuchaba a personas hablando distintas lenguas y para todas tenía palabras de respuesta, a veces una sola. A los de habla española, ante un pedido de cualquier artículo contestaba:
.............                                           -¿Necesito?
-Quisiera una cámara Cannon          -¿Necesito?
-Quiero un trípode para filmadora      -¿Necesito?
Para los compradores de aquella tienda aquel señor japonés no era Makao Tendo o Sukiyaki Otami, sino que lo habían bautizado como Carlitos Necesito. Y su nueva partida de bautismo se transmitía oralmente por los hispanos hablantes que permanentemente se renovaban en aquel comercio....”

(CHINA)
“....Cuando después de un día de visita volvíamos al Hotel, si todavía quedaba un rato para la cena, el guía siempre ofrecía la posibilidad de hacer algo más. El autobús entero respondía a coro:
- A la Tienda de la Amistad.
Hasta habían inventado una especie de canción que felices cantaban a coro:
¿Y esta tarde,
qué haremos?
Pues iremos
a la Tienda de la Amistad
a la Tienda
a la Tienda
a la Tienda de la Amistad.
Y allá nos íbamos a comprar bordados y marfiles que a nuestros guías chinos les horrorizaban....”
Estos son unos fragmentos de un relato que escribí sobre un personaje que recorre el mundo en el año 1972, el año que realizamos el viaje de estudiantes de arquitectura, alrededor del mundo.
No es un diario del viaje, ni una novela, no soy escritor. Es la forma que encontré de mantener el recuerdo de una experiencia que había vivido.
Es un relato de ficción que me permite, gracias al personaje, ser miembro del grupo y, a su vez, verlo desde fuera.
De las historias reales y las inventadas, muchas veces, las más increíbles son las primeras.
Advierto dos cosas: la partida la adelanto un día y en el vapor de la carrera (recuerdo imborrable para mí) aunque mantengo idénticos los vuelos y horarios de Panamerican; la segunda, algunos no me lo perdonarán, es que no tiene final (quizá para el 50 aniversario le haya encontrado uno).