Un sitio muy acogedor, con sus paredes encaladas, este restaurant de acento balear, fue magnífico marco para mis barcos. Desplegados por paredes y estanterías varios de ellos decidieron partir con nuevos dueños en busca de su destino definitivo.


Fue la exposición de las madres con sus hijos amamantándose,  incluidos mi hija Sesi y mi nieto Bruno.